A los compañeros trabajadores de UTU:
Enfrentamos
hoy el ataque sistemático y brutal a la educación pública en general y a sus
trabajadores en particular, responsabilizándonos de la crisis actual.
Pero
esta crisis de la educación no es un fenómeno aislado, sino que es consecuencia
inevitable de la descomposición capitalista y de su necesidad inherente de
convertir en lucrativa toda actividad humana, en especial la salud y la
educación. Con el argumento de que la educación no funciona bien, se pregona
como solución convertir esta función social en una mercancía que se compra y se
vende, que compite en el mercado. El ahogo presupuestal es la contracara
inevitable de este proceso, ya que la recaudación del Estado debe ir a parar a
las arcas de los bancos.
La consecuencia de la decadencia organizada de la educación pública es
también la “exclusión” de
masas cada vez más amplias de la población del conocimiento, salvo del acceso a
la educación general básica, cada vez más básica para satisfacer la demanda de
mano de obra flexible y barata, coincidente con las necesidades de la
producción actual.
En este sentido, las
reformas que se vienen instrumentando son la continuación de la Reforma Rama de
los 90, orquestada por los organismos de crédito internacional que pretende
justificar la privatización y el endeudamiento, con argumentos “pedagógicos”,
cuando de lo que se trata es de profundizar el sometimiento económico.
Y los
trabajadores de la educación no escapamos a este esquema, así que estas
reformas vienen también para avanzar en la flexibilidad y precarización laboral,
en la desprofesionalización, en la
rebaja salarial y en el aumento de nuestra explotación.
No podemos someternos, ni conciliar,
ni transar con esta política de liquidación de la educación pública y de
nuestros derechos como trabajadores, y para eso necesitamos un sindicato
fuerte, organizado tras ideas claras, pero sobre todo dispuesto a luchar con
decisión contra estas políticas liquidacionistas y contra quienes las ejecutan
y concienten.
En
este marco, el acuerdo multipartidario en educación es una declaración de
guerra contra la educación pública que queremos, y nos coloca ante un gobierno
de coalición abierta con los partidos que tradicionalmente han representado a
nuestros enemigos. Lejos de avanzar hacia la autonomía largamente reclamada,
hoy estamos intervenidos por los partidos políticos del régimen, que dirigen
nuestros destinos y el de los futuros trabajadores según intereses ajenos.
La
participación actual es una farsa que no dudarán en liquidar si es preciso,
como lo demostraron acordando el cambio de composición de los consejos y la
destitución inmediata de quienes se opusieron al Promejora. Consejeros electos
por el orden docente, consejos de participación de centros, encuentros
institucionalizados de estudiantes son ilusorios. Como publicaron una vez
algunos compañeros docentes: Yo participo, tu participas, ellos deciden. No
habrá verdadera participación sin autonomía y cogobierno y sin un presupuesto
en función de las necesidades.
El triunfo
del capital no es solo económico sino también ideológico y la llegada del
Frente Amplio al gobierno provocó un terremoto en las subjetividades. Las
expectativas de cambio depositadas en el campo electoral han provocando un
retroceso en la conciencia de los trabajadores, generando gran confusión en
cuanto a la necesidad de superar el capitalismo con un proyecto alternativo,
convirtiendo a los sindicatos en aliados del gobierno tras la política de un
país productivo, que solo sería posible sometiendo los intereses de los
trabajadores a las necesitadas patronales.
En
nuestro país, la profundización del modelo agroexportador, las puertas abiertas
a la inversión extranjera de multinacionales y la extranjerización de los
recursos naturales, la privatización de los servicios a través de la ley de
asociación público-privado (Ley PPP y fideicomiso con la Corporación para el
Desarrollo en educación), son la muestra
de que nos encontramos ante un gobierno que se mueve
dentro de los horizontes del capitalismo y no se plantea una ruptura del orden
de dominación capital-trabajo, por el contrario, ha demostrado en los
hechos que está dispuesto a enfrentar a los trabajadores para defender los
intereses patronales, como lo ha demostrado atacando el derecho de huelga,
reprimiendo las ocupaciones y piquetes, avanzando en la precarización laboral
con contratos basura, rebaja de aportes a las patronales, etc.
En
este contexto, creemos que los sindicatos deben mantener independencia política
con respecto a los gobierno de turno, conservando su condición originaria de
ser una herramienta para unir a los trabajadores en la defensa de sus intereses
y derechos más inmediatos, además de aquellos más trascendentes.
Compañeros, entendemos que hoy es
imperioso recuperar el sindicato como herramienta de lucha para los
trabajadores de la UTU, convocamos a agruparnos para trabajar por dotar a AFUTU
de una orientación política independiente. Estamos proponiendo la construcción
de un espacio que pueda transformar el sindicato en una organización vital que
le dé a cada compañero confianza y fortaleza para enfrentar las tareas que nos
esperan, donde la expresión colectiva desde la base, desde cada escuela y
departamento sea el motor para alcanzar nuestras reivindicaciones y reclamos. Una
herramienta de verdadera democracia sindical, donde debatir entre todos que
hacer y cómo, para luego salir unidos como un solo hombre. Ni mediadores ni
negociadores. Por un sindicato de cara a los trabajadores, que no transe, que
defienda incondicionalmente nuestros intereses, que informe, que forme y que
organice la lucha compañero a compañero.
Te invitamos a sumarte a esta
propuesta y a elaborar un plan de trabajo de asambleas por centro, asambleas
generales y plenarios para preparar un plan de lucha contra la reforma
anti-educativa, las privatizaciones, las inestabilidad laboral y todas los
reclamos postergados.
Para salir de la situación de
parálisis y alienación actual te proponemos iniciar un camino de cambio para
recuperar la iniciativa. La ofensiva es muy grande y en todos los frentes, pero
debemos enfrentarla y podremos vencerla.
-
Por un sindicato que sea una
herramienta de lucha que conquiste nuestras reivindicaciones.
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Por
autonomía y cogobierno genuino
-
Rechazo
absoluto a los pactos multipatidarios.
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Rechazo
al Promejora y todos los proyectos que generan mayor desigualdad y retroceso de
la educación pública.
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Por
presupuesto para educación pública de 6% del PBI
-
Por
salario de media canasta familiar para la unidad docente de 20 horas y 30 horas
no docentes.
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Por
estabilidad laboral. Política de concursos para terminar con la irregularidades
y discrecionalidades.
-
Condiciones
de trabajo dignas, edificios en condiciones, seguros y confortables, con
equipamiento y espacios adecuados.
Nada podemos esperar
sino de nosotros mismos
Veni a construir una
Agrupación para devolver AFUTU a las históricas -pero no viejas- tradiciones de
la lucha consecuente.
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